Tras la larga noche trumpista, Standing Rock sigue en pie, resistiendo a la barbarie petrolera:
Como hace más de cuatro años, las tribus de los lakota y otras culturas de las grandes praderas, siguen oponiéndose al oleoducto que atravesaría sus tierras, que atrajo tanta atención mundial cuando se produjeron movilizaciones contra su construcción en Standing Rock. Hoy los pueblos de estas antiguas comunidades piden al gobierno de Biden que detenga este proyecto ecocida y etnocida, escuchando el justo reclamo de la población afectada y de los sectores solidarios de todo el mundo que los apoyan en su lucha. Tal y como declaran los líderes de estas naciones aborígenes:
“It is beyond time for the United States to fulfill the promise that it made in the Treaties and stop the illegal trespass of our lands and waters.”
Ya es verdaderamente hora de que los EuA respeten las promesas que hicieron a estos pueblos en los tratados de paz que firmaron con ellos, como naciones soberanas que eran, y que detengan la invación ilegal de sus territorios y la destrucción de sus ecosistemas. Nosotros reflejábamos esta situación angustiosa que se vivía en la zona de Standing Rock y Woundee Knee, en una de nuestras entradas en este blog (http://mysterium-tremendum.blogspot.com/2016/12/), inmediatamente antes de que se produjese la catástrofe que fue la elección presidencial del demagogo neofascista Trump, animado por un odio cerval, que él mismo reconocía y proclamaba, hacia los pueblos indígenas. Y que al parecer se debía a que habían rechazado asociarse con él en la explotación de los casinos que operan en las reservas, por considerar ya hace muchos años a este empresario un fraude, un verdadero tramposo y estafador profesional. Lo que precisamente acabó por demostrar que era ante los ojos del mundo entero, además de un racista violento y peligroso.
Hoy, cuatro años después, nos produce una infinita satisfacción constatar que lo que parecía entonces una catástrofe sin remedio, puede ahora en principio revertirse, o al menos aminorarse. Y ello no dependerá tan sólo de la buena voluntad y la capacidad de apertura del nuevo gobierno demócrata a los reclamos de los indígenas, que sin duda es mucho mayor que la de los racistas trumpianos. Sino sobre todo a que este pueblo sigue organizado y luchando de modo ejemplar, contrarrestando la propaganda y sobornos interesados que realiza la criminal industria petrolera. A la pelea indígena por proteger su tierra sagrada, con la que sienten una vinculación extraordinaria, espiritual, que va más allá de lo físico. Como corresponde a su antigua tradición de sabiduría, o 'religión', centrada en el reconocimiento del carácter sagrado de la vida y de todo lo que existe.
Para entender el planteamiento de los que luchan, en estas nobles naciones de antiguos cazadores y guerreros de las grandes praderas, aquí tenemos el placer de reproducir un artículo editado por los amigos de Indian Country Today, y donde da cuenta de la nueva esperanza que anima ahora a este movimiento, y que resume la carta que el liderazgo indígena ha remitido justamente ahora al nuevo presidente:
Tribes to Joe Biden: Stop Dakota Access Pipeline: https://archive.vn/nI7ed
Original de la carta dirigida por los líderes indígenas y publicada en su espacio en la red Facebook:
https://www.facebook.com/StandingRockST/photos/pcb.4109506279077611/4109479199080319
¡Larga vida a la lucha de los pueblos indígenas de las Américas y de todo el mundo, que es un ejemplo para los humanos de todo el planeta!
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