martes, 29 de noviembre de 2011

Sindi: Reflexiones desde la Ecologia Profunda

Sindi, a la derecha, junto a sus compañeros Mónica y Agapito...
Lo que les presentamos aquí es en esta ocasión una interesante reflexión, ecologista o biocéntrica (y en profundidad) de nuestro amigo, el activista tinerfeño Sindi, miembro del colectivo ecologista autónomo TABONA. Uno de esos soñadores (como sus compas Agapito, Mónica y tantos otros...) que no se rinden nunca. Porque cree que nuestra tendencia natural como seres vivientes al amor, a la positividad y la solidaridad, no puede ser vencida ni acallada por nadie, ni por nada:


Emoción y consciencia


¿Cómo se puede impulsar  a la gente a la acción, una vez admitido que, de por sí solo, el conocimiento racional no es suficiente para movilizar una empresa de transformación? Toda cosmología de la liberación, todo paradigma emancipatorio, tiene el reto de responder a esta pregunta fundamental...


Cuando uno piensa sobre cuestiones de calado profundo, que claramente nos superan, inevitablemente llegas a sentirte incluso hasta deslegitimado para abordarlas. Tememos mucho “meter la pata” porque somos conscientes de nuestras limitaciones intelectuales y culturales, de lo poco que sabemos. Pero cuando piensas que el problema primordial de hoy, que afecta a toda la humanidad, ha sido creado por ilustrados (1), te dices: mi torpeza no podría ser mayor que la de ellos. Por eso y porque tenemos todo el derecho, hemos de decidirnos a afrontarlas.


Al inicio de su conferencia sobre la Era Líquida, Estela Montes plantea la siguiente pregunta: ¿Cómo se puede impulsar a la gente a la acción, una vez admitido que, de por sí solo, el conocimiento racional no es suficiente para movilizar una empresa de transformación? Toda cosmología de la liberación, todo paradigma emancipatorio, tiene el reto de responder a esta pregunta fundamental.




En el nº 69 de la revista ecologista aparece un artículo sobre el libro de R. Fernández Durán “La Quiebra del Capitalismo Global, 2000-2030”, el autor del artículo, ante la impotencia de los movimientos sociales carentes de una estrategia clara y conjunta,  pregunta si podremos generar un movimiento realmente fuerte y apunta, entre oras cosas, a la estrategia de lo que llama una resistencia nocturna (solo enfrentaremos abiertamente el poder cuando tengamos suficiente fuerza). Más adelante (…) la supervivencia pasará por la recuperación del nosotrxs frente al yo (…) (1) Para hacer todo ello será imprescindible la creación de símbolos nuevos que destronen a los actualmente reinantes (llámese euro o Cristiano Ronaldo). La construcción de estos símbolos deberá tener un fuerte anclaje emocional. Y estos dos aspectos, la creación de símbolos y el manejo emocional, no son precisamente los puntos fuertes de los movimientos sociales (…)"


De ahí que la notable componente emocional tanto del 15M como del movimiento ecologista y de las teologías de la liberación, no suponga un estorbo, ni tampoco es una señal de carencia de racionalidad, sino más bien constituye un indicador de su potencial de transformación social, de virtual construcción de lo duradero. La cuestión es, por tanto, cómo manejar las emociones y cómo generar a la vez  los símbolos, el espacio mítico que ha de acoger a una nueva conciencia, la que nos permitirá navegar con acierto en una realidad que se ha vuelto líquida, y todo ello antes de que los poderes  fácticos al acecho, desvirtúen y desactiven ese potencial. Tengamos en cuenta que la tarea de esos poderes consiste en que los nuevos movimientos dejen de convencernos, pero  para ello primero han de conseguir que dejen de emocionarnos.


Aceptamos que las sociedades humanas deben volver a fundarse continuamente sobre bases fraternales, admitimos que  toda fraternidad es esencialmente emocional. El desafío consiste en que desde estos ámbitos llegue a configurarse una nueva llamada a la fraternidad universal. Entonces cabe preguntarse qué rescatar y cómo renovar las anteriores llamadas, las aparentemente desgastadas Crística y revolucionaria, a fin de poder trascenderlas. Llamadas que ante todo han sido emotivas, pero que también apelan indefectiblemente a la inteligencia consciente, al logos.




Edgar Morin nos habla de la necesidad de una neo-fraternidad, de una tercera y nueva emergencia afirmativa del amor. Veamos algunas pinceladas de este autor imprescindible en el actual punto de inflexión civilizatorio:


“El problema fundamental de la nueva fraternidad es doble. (…) superar sin cesar el ineluctable proceso rivalitario que destruye sin cesar esta fraternidad desde el interior (…) y correlativamente, superar la fraternidad cerrada, que se funda y mantiene en y por el rechazo inmunológico al extraño, por una fraternidad fundada por el contrario en la inclusión del extraño (…) La fraternidad amante y la inteligencia consciente son las fuerzas vivas de la humanidad (…) la asociación recursiva inteligencia/consciencia -amor fraternitario es la única capaz de hacer vivir la hipercomplejidad (…) Los desarrollos de la inteligencia/consciencia, tanto individual como colectiva,  dependen también de procesos inconscientes (…). Todo va a jugarse, pues, en la interfaz del genio inconsciente de la humanidad y de la toma de consciencia…”


El Amor, que es lo más complejo que podamos imaginar, lo más humano de lo humano, nos indica la senda de la hipercomplejidad, de la evolución, que por necedad estamos a punto de truncar, y solo el amor puede salvarnos...


Sin duda, en nuestra búsqueda, hemos de recurrir a nuestra historia y también a nuestro arque, pero sin perder de vista el devenir en el que estamos inmersos. Se nos dijo "no hagas dinero del dinero", y hoy vemos que quienes hacen dinero del dinero manejan el mundo a su antojo y lo conducen a la ruina. Ese dictamen bíblico no es un simple consejo divino, hoy lo entendemos claramente como una necesidad económica. Hoy, cuando somos más de 7000 millones de almas vivas, podemos comprender que lo dicho en la montaña "Bienaventurados los pobres porque ellos heredarán la Tierra" no es tanto una sentencia profética como una necesidad ecológica (2). Hoy, ante el probable espectáculo dantesco que se avecina, vemos que necesitamos una purga de los pecados que afectan al ego, que son pecados de vida, que en nada van a afectar al más allá del ser individual, sino al más acá de la colectividad, no necesitamos un confesionario, sino ser conscientes de que nuestra matriz es doble, que  por tanto solo se trata de elegir quién deseas ser ante cada acontecimiento de la vida.


Aquí, la cosmovisión ecológica profunda, que representa la consciencia –scienza nuova, puede servir de puente entre la histórica y la arcaica. Tenemos que recuperar el mythos como principio universal y en consecuencia reconocer su relación dialéctica y dialógica con el logos. Hay una importante tarea de relacionar de modo complejo estos ámbitos del saber humano y para ello necesitamos una pedagogía compleja, antropológica, dialógica y liberadora, que nos sirva para profundizar en la toma de consciencia y para que nos dé, en palabras de Freire, “cierta comprensión o visión del ser humano gestando su naturaleza en la historia, de la que necesariamente se torna sujeto y objeto”.
A todas estas no he respondido de manera concisa a la pregunta de Estela, la respuesta escueta sería: emocionándonos y contagiando emoción en el mismo proceso de profundización de la consciencia (3). Que como pueden ver tampoco es una respuesta especificada. Desde ningún ámbito del conocimiento por separado se podría dar una respuesta completa, sabia (4). Tan solo he querido apuntar a un marco referente trinitario: ciencia-consciencia ecológica, teologías-cosmologías de la liberación, teorías revolucionarias utópicas. Cuyos componentes hemos de  relacionar de modo dialógico, complementario y antagonista a la vez.


Por último recordar que si bien el amor fraternitario es un gran sentimiento emocional (de cohesión), el que debe guiarnos para bien de todos, el temor, aunque de signo contrario (de dispersión), también lo es. Paradójicamente, la muerte probable de la humanidad, que tanto nos aterra, nos otorga un destino común, en este caso a evitar.
Notas:
(1) Cuando decretaron la supremacía absoluta del logos frente al mythos, cuando separaron al sujeto del objeto, a los hechos de los valores, para al fin basar la toma de las decisiones trascendentes para el devenir humano en el conocimiento, supuestamente objetivo, de expertos super-especialistas, sin importar que fueran miopes emocionales y/o enfermos de espíritu.


(2) O bien todos pobres, o no habrá planeta vivo que heredar. La lógica de la acumulación no funciona sino hasta cierto límite, y este ya se ha rebasado. Se impone una eco-lógica.


(3) En todos sus ámbitos, científico, filosófico, político, místico…


(4) Por eso hemos de volvernos posmodernamente menos seguros de nuestras certezas.


Fuente/Source: texto facilitado amablemente por el autor

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